13 de junio de 2016

Estudio bíblico de Génesis 1:2-25

Estudio bíblico de Génesis 1:2-25

Génesis 1:2-25

La primera frase del texto Bíblico, en Génesis 1:1; «en el principio creó Dios los cielos y la tierra», declaración solemne y majestuosa, que comentamos en nuestro programa anterior nos introduce a la escena en que se lleva a cabo la creación y ordenación del universo y la tierra. Continuamos leyendo en el capítulo 1:2,

«Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.»

Spencer, uno de los fundadores de lo sociología de la evolución y teórico de la evolución, y a quien citamos anteriormente, que aplicó ésta a todas las formas de existencia cósmica, afirmó que las formas de la manifestación de lo Incognoscible se subdividían en tiempo, espacio, materia, fuerza y movimiento. Podemos volver a encontrar estos grandes principios de la creación en los dos primeros versículos del Génesis. «En el principio (tiempo) creo Dios los cielos (espacio) y la tierra (materia). Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios (fuerza) se movía (movimiento) sobre la superficie de las aguas.» Es interesante que Dios haya dispuesto que estos importantes principios que describen su acción creadora quedasen establecidos por escrito con tanta claridad como naturalidad en estas primeras frases del Génesis. Es importante y oportuno que tomemos nota de ello.

Aunque el siguiente punto de vista ha sido desacreditado por muchos en los últimos años, creo que una gran catástrofe ocurrió entre los versículos 1 y 2, Por lo que puedo ver, existe abundante evidencia para ello. En primer lugar, miremos a esta inmensa creación y comprobaremos que algo le ha ocurrido. Si el viaje del hombre a la luna revela algo, es que aquella es una tierra yerma, árida. ¿Cómo llegó a esa condición? Yo diría que en el universo de Dios sobrevino una catástrofe.

Esto se menciona específicamente con respecto a la tierra, porque había de ser el lugar donde habitaría el ser humano. Es así que la tierra es descripta como «sin orden (o desolada) y vacía.» La frase «las tinieblas cubrían la superficie del abismo» nos indica, por supuesto, la ausencia de Dios.

La expresión «sin orden y vacía» es interesante. «Sin orden» corresponde a una palabra hebrea que significa ruina, espacio vacío. «Vacía» corresponde a la palabra hebrea que se traduce vaciedad. Observemos lo que dice el libro de la profecía de Isaías, en el capítulo 45:18:

«Porque así dice el Señor que creó los cielos (El es el Dios que formó la tierra y la hizo, Él la estableció y no la hizo un lugar desolado, sino que la formó para ser habitada). Yo soy el Señor y no hay ningún otro.»

Aquí dice, literalmente, que El no creó la tierra «desolada», que corresponde a la misma palabra hebrea que encontramos en el citado versículo 2. Dios no creó a la tierra en un estado de desolación y vaciedad. Dios creó este universo como un cosmos, y no como un caos. Esto es precisamente lo que Isaías está intentando dejar claro. El no hizo la tierra «desolada y vacía», pero la tierra se convirtió en un lugar «desolado y vacío.» Dios formó, construyó la tierra para ser habitada y fue Dios quien vino a este lugar en ruinas y lo transformó en un lugar habitable para la humanidad.

Tomado de: https://www.escuelabiblica.com

Leer Más: https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=10